lunes, 25 de enero de 2010
Cine/Película//La cinta blanca -- Das Weisse Band - Eine Deutsche Kindergeschichte. Dir.: Michael Haneke (2009) 144 min.
Alemania, un año antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, el médico del pueblo (Rainer Bock), cabalga hacia su casa cuando, el caballo tropieza con un cable puesto adrede en el camino y, se rompe un hombro. Es el primer peldaño en una escalada de acontecimientos a cual más desagradable.
Michael Haneke incide de nuevo en los temas recurrentes de su obra, violencia, represión, culpa, todo ello propiciado por una educación basada en el castigo, el miedo y la humillación, que inevitablemente desemboca en la maldad. Y, en este caso concreto amplificado por el sistema de gobierno local, casi absolutista, que hace aflorar el odio.
Dos escenas reveladoras, una, el maestro (Christian Friedel), chillando a Martin (Leonard Prouxauf), el peligro que corre al caminar por la barandilla del puente y lo que este le responde; dos, el pastor (Burghart Klausner) castiga a su hija mayor por una chiquillada, pero se enfada y no da crédito a las sospechas que el profesor tiene sobre la autoría, de algunos, de los hechos acaecidos en la villa, amén de otras...
Inquietante y perturbadora. Intentar circunscribirla a una época y a un lugar sería un grave error.
El cine del austriaco plantea preguntas, las respuestas están fuera de la sala.
(Ficha Película, Michael Haneke; Arndt Schwering-Sohnrey, Sebastian Hülk)
Para Borja, Rubén, Mari Carmen, Gemma, de visión obligada a educadores en general.
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He oído que la cinta es algún tipo de símbolo!
ResponderEliminarQue hay de eso?
Es el símbolo de la inocencia y la pureza. Tienes que ver el tráiler.
ResponderEliminarEs complicado reflejar en un comentario el impacto causado tras el visionado de la película de Haneke. Lo es porque la historia que nos cuenta la podemos extrapolar a la actualidad manteniendo su total vigencia.
ResponderEliminarEs complicado, porque es tal lo incisivo del relato, que en muchos momentos percibes un "bisturí" (la certera mano del director alemán)con el fin de mostrarnos que la maldad es atemporal, pero también puede ser cíclica.
Tal y como dices es una película perturbadora, pero también muy rebeladora.
En mi caso concreto, la sala estaba totalmente llena, pero lo más impactante, era el profundo silencio (casi religioso) que inundó el cine durante todo el film. Un silencio sinónimo de la dureza de la historia y de las imágenes, pero también un silencio reflejo del respeto a la obra maestra que se veía.